Procesos en Incoder no han parado

Para hacerle frente a las quejas que se han presentado en algunas regiones del país, principalmente en la costa atlántica, por la poca efectividad que se ha tenido en los programas que adelanta el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural, Incoder, en proceso de liquidación desde el pasado 7 de diciembre, funcionarios de la entidad aclararon la situación y dieron un parte de tranquilidad.

Adolfo Bedoya, director territorial del Incoder en Córdoba, garantizó que no se verán afectados los procesos de desarrollo en el campo colombiano con la liquidación de la entidad y expresó que “los proceso que traía el Incoder en cada uno de sus procedimientos como tierras rurales, adecuación de tierras, distritos de riego, desarrollos productivos, proyectos productivos continúan”.

Por su parte Juan Guillermo Valencia, subgerente de Promoción y Asuntos Étnicos del Incoder, expresó que el compromiso es seguir adelantando el proceso misional de cada una de las subgerencias. “La operación sigue igual, se sigue respondiendo por el tema indígena, por tema de distritos de riego, proyectos productivos todo está hoy funcionando y se contrató un personal por 60 días mientras las agencias asumen la tarea, pero en todo los frentes se continua con el trabajo”, puntualizó el funcionario.

Queja generalizada

Algunas familias campesinas del departamento de Córdoba, mostraron su inconformismo por el avance de los procesos de desarrollo rural en su región por cuenta de la poca atención que les han prestado durante lo corrido del año.

Otra queja fue la del encargado de la Secretaría de Desarrollo Económico del departamento del Atlántico, Anatolio Santos Olaya, quien ante la consulta por las perdidas ocasionadas en el sector agropecuario por causa de los efectos del fenómeno de El Niño, aseguró que uno de los factores era el mal estado de los distritos de riego, y enfatizó que “la presencia del Incoder no está en los momentos más críticos porque esta en un proceso de liquidación y estamos esperando que nazca la nueva agencia de desarrollo rural, la encargada de mantener y darle vida a estos distritos de riego en el sur del Atlántico. Eso es algo palpable que salta a la vista, que los distritos de riego están fuera de servicio en estos momentos, y el fenómeno de El Niño ha afectado el caudal del rio y las bocatomas de todos los distritos, la altimetría es muy baja y bueno es un plan de choque el que se debe poner en marcha”.

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Nuevas agencias, en marzo

Ante la consulta realizada por Agronews sobre el plazo de la creación de las nuevas agencias; la Agencia Nacional de Tierras, la Agencia de Desarrollo Rural, la Agencia para la Renovación del Territorio, el Ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, expresó que estas entraran en funcionamiento en marzo, luego de la prórroga de un mes adicional que se tomó el Gobierno Nacional para su instauración.

“Históricamente en las agencias del país se han demorado un año en arrancar, y estas agencias fueron creadas el 8 de diciembre y llevamos menos de dos meses desde que se expidieron los decretos y estamos hablando de la transformación de todo el sector agropecuario”, indicó el jefe de la cartera agropecuaria, quien añadió que “llevamos 25 años sin hacer un cambio estructural y la organización de este cambio estructural tiene que hacerse en detalle. Por eso dimos un mes adicional para ajustar las cosas y no generar traumatismos en las funciones que vienen realizando bien sea el Incoder en liquidación o el Ministerio que tiene las fichas de inversión y estamos más dedicados en pensar esta nueva estructura y no en la ejecución de proyectos que va a ser la tarea de las agencias nuevas”.

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Aurelio Iragorri Valencia, Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural

“No se va a detener la titulación de tierras o la adquisición de tierras para indígenas, campesinos o afros en el país, no queremos traumatizar eso como consecuencia del ajuste interinstitucional por eso pedimos plazo hasta marzo para que ya estén en actividad las agencias para hacerlo bien”.

«Cacao para la Paz»

Heather Higginbottom, Subsecretaria de Estado de los Estados Unidos, de visita en Colombia, ratificó el apoyo del presidente Barack Obama al proceso de paz  en Colombia y anuncio dos nuevas iniciativas  para expandir la colaboración en agricultura, educación y desarrollo rural, tres áreas críticas para asegurar la paz en Colombia.

Una de estas iniciativas es  Cacao para la Paz, un programa de $5 millones de dólares a ser ejecutado por la Agencia para el Desarrollo Internacional, USAID, y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.  “Cacao para la Paz apoyará los esfuerzos de Colombia para avanzar en el crecimiento económico rural lícito a través del cacao, particularmente en las zonas afectadas por el conflicto”, aseguró la Subsecretaria de Estado de los Estados Unidos.

La funcionaria norteamericana afirmó que “Cacao para la Paz es un ejemplo de la nueva estrategia que el Presidente Obama anunció durante la reciente visita del Presidente Santos a Washington: Paz Colombia.  Nuestra asistencia apoyará los esfuerzos de Colombia en proveer justicia significativa a las víctimas del conflicto; extender el estado de derecho y los servicios del gobierno a áreas previamente controladas por las FARC; incrementar la responsabilidad pública, promover el desarrollo económico; y mantener las ganancias de seguridad”.

La segunda iniciativa es el Programa de Becas Land Grant University, el cual proporcionará becas a estudiantes colombianos para estudios de postgrado en agricultura en los Estados Unidos. De acuerdo con Heather Higginbottom, para apoyar este programa le acompañaron en su vista al país los representantes de Penn State University, Purdue University y University of Florida, tres de las universidades del país del Norte que se asociarán con instituciones colombianas para la educación, el intercambio, la investigación y la innovación agrícola.

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Esta declaración de intención para poner en marcha asuntos relacionados con asistencia técnica y educación rural con la que se busca generar fuentes de ingreso sostenibles para los productores de cacao, fue firmada por la Subsecretaria de Estado de los Estados Unidos, Heather Higginbottom, y el Ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri,  quien resaltó la importancia de la visita pues ella “es la arquitecta del presupuesto de los EEUU y la que prioriza las inversiones así que es muy importante el apoyo y la cooperación que el campo va a recibir”. Agregó que además llamó su atención para lograr la admisibilidad de los productos agropecuarios en ese mercado, como el aguacate y la carne, en donde Colombia tiene buenas posibilidades.

El jefe de la cartera agropecuaria de Colombia  explicó que Estados Unidos está definiendo la forma en que se dará el nuevo plan Paz Colombia, que traerá inversiones por US$450 millones, “están escuchando a todos los sectores para tomar las determinaciones de hacia dónde se orientarán los recursos, la paz se siembra en el campo y cualquier peso en la zona rural tendrá una rentabilidad social mucho más alta que en otras áreas, de eso se trata”, indicó.

Por su parte la Subsecretaria de Estado añadió que “con La declaración que firmamos, y el alcance total de la asistencia de los Estados Unidos, son inversiones en el futuro de este país.  Es un símbolo de nuestro compromiso compartido con la causa de la paz; esa paz que se esfuerza por terminar un conflicto que ha durado casi medio siglo; la paz que pretende reunir a un país fracturado, disminuir la pobreza, reclamar la tierra y los medios de sustento que se han perdido por la violencia”.

El café no es como lo pintan

Las ayudas anunciadas por el Gobierno Nacional y la Federación Colombiana de Cafeteros no tienen satisfechos a los caficultores y muchos menos a parte del sector político, que ven en ellas una acción tardía en algunos casos, como la entrega de fertilizantes, y de poco impacto, como es la compensación que desde este 15 de febrero está entregando la Fedecafé a los productores. Caldas es uno de los departamentos que más se sienten estas voces de protesta.

En días pasados el presidente del Comité Departamental de Cafeteros de Caldas, Marcelo Salazar, explico que los fertilizantes que el Ministerio de Agricultura está entregando a los productores afectados por el fenómeno de El Niño no sirven en este momento, ya que sin la presencia de lluvias el aporte de estos insumos es ineficaz.

Por su parte el senador Jorge Enrique Robledo, luego de una visita a Manizales y Chinchiná, envió un comunicado al ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, indicándole la difícil situación por la que atraviesan los cultivadores del grano debido a los altos costos de los insumos agrícolas y el impacto del fuerte y largo verano sobre la producción de este año.

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En la misiva, el Senador Robledo indico, “quedé bastante preocupado por el impacto del fuerte y largo verano sobre la producción de 2016, daño grave que afectará la calidad y el precio del café que se recolectará tanto en las próximas semanas como al final del año. Y sé que este problema también se presenta en el resto del país. Es notorio, me explicaron los productores, que las medidas tomadas por la Federación de Cafeteros al respecto han sido insuficientes y que los daños ya causados no tienen remedio, con la inevitable y fuerte disminución de los ingresos a los productores”.

Por su parte, el secretario de agricultura de Caldas, Ángelo Quintero Palacios, le dijo a Agronews que los balances realizados por la Federación de Cafeteros en torno a la buena producción del grano es una utopía económica para el bolsillo de los productores, y no tiene nada que ver con la realidad del sector. “La Federación se dedica a pronosticar por todas partes a los cuatro vientos que estamos produciendo café de una manera masiva que ya estamos produciendo 13 millones y que vamos a incrementar y que vamos a mejorar, yo creo que eso le está haciendo mucho daño al productor y que de una u otra manera irresponsablemente lo han manejado” indicó Quintero Palacios.

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El secretario de Agricultura de Caldas añadió que, “hemos tenido una muy buena cosecha, yo diría que nada del otro mundo, nada extraordinario, simplemente recuperamos unas áreas que se habían perdido, que se renovaron, y posteriormente el resultado es tener más café. Pero si somos realistas eso no es tan bueno porque el precio nos está demostrando que el café de Colombia no repunta en las bolsas, que nuestro café no es tenido en cuenta”. Para él, la solución está en empezar a incrementar sistemas de riego para el café, riego por goteo, reubicar los sectores cafeteros y buscar otras alternativas como la del valor agregado, es decir, vender café tostado molido y empacado, y de esa manera llegar a los mercados internacionales. “No es negocio vender café a un dólar treinta centavos la libra mientras quien lo tuesta lo muele y lo empaca lo vende a ocho o diez dólares”, puntualizó Ángelo Quintero Palacios, secretario de Agricultura del departamento de Caldas.

Lo cierto es que para los caficultores las medidas adoptadas no son suficientes para afrontar esta crisis y la solución está en una sola esperanza, que las lluvias caigan lo más pronto posible, sobre todo en aquellas zonas donde la cosecha está proyectada para el mes de mayo.

Salvavidas para los cafeteros

Los efectos adversos por el intenso fenómeno de El Niño sobre los cultivos de café en el país llevó a la Federación Nacional de Cafeteros y al Ministerio de Agricultura a tomar una serie de medidas que proteja a los productores del grano. Dentro de estas disposiciones se encuentra la compensación que se le dará a los caficultores en la liquidación del mayor contenido de café pasilla, incluido el grano averanado, a partir de este 15 de febrero. Para cumplir con este propósito la Federación publicará diariamente el precio de referencia de la pasilla.

Adicionalmente están las medidas ya adoptadas en el 2015 como ha sido la eliminación del descuento de 30 pesos por kilo por cada punto porcentual o fracción que superara el 5 % del grano brocado contenido en el café pergamino. Se amplió de 15 a 20 granos de broca de punto para efectos del cálculo del factor de rendimiento en la compra de café pergamino. Igualmente se permitió la exportación de cafés con mayor contenido de defectos. A la fecha la Federación Nacional de Cafeteros ha vendido 79.000 sacos de este tipo de café.

Por su parte el Ministerio de Agricultura destino $12.400 millones para la entrega completamente gratis de 200.000 bultos de fertilizantes a productores de café de 16 departamentos afectados por el fenómeno de El Niño. Este fertilizante se ajusta perfectamente a las necesidades nutricionales del cultivo del café, el cual es un grado transversal a todas las cadenas productivas y cuyo contenido cubre las necesidades básicas de nutrición de la mayoría de los cultivos.

El plan, cuenta con el apoyo de la Fedecafé, la cual financiará el transporte y la logística de entrega a través de las cooperativas de caficultores y los Comités departamentales, para llevar estos insumos hasta las zonas requeridas; además, focalizará a los beneficiarios por medio de un estudio de campo y su Sistema de Información Cafetera, SICA.

Los departamentos donde se repartirá estos insumos son: Cauca, Tolima, Antioquia, Valle del Cauca, Nariño, Caldas, Cundinamarca, Risaralda, Cesar, Quindío, Magdalena, Santander, Huila, Boyacá, Norte de Santander y La Guajira.

Otras medidas de la Federación

La Federación Nacional de Cafeteros a través del Servicio de Extensión comenzó un estudio de campo para evaluar el impacto del efecto climatológico. Para éste se seleccionó una muestra estadísticamente representativa superior a 7 mil fincas cubriendo todos los departamentos cafeteros de Colombia.

Este estudio incluye aspectos relacionados con la calidad del café en finca y el estado agronómico de los cultivos y se repetirá una vez se inicien los pases de recolección de la cosecha del primer semestre del año.

Adicionalmente, la Federación liderará reuniones con el Gobierno Nacional y los gobiernos municipales y departamentales para avanzar en gestiones relacionadas con la restructuración de créditos en las zonas más afectadas.

Socialización de las medidas

Con el objetivo de explicar las medidas tomadas por el Comité Directivo que buscan reducir el impacto en el ingreso de los caficultores del país, la Gerencia General de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, desplazó un equipo interdisciplinario a las regiones más afectadas por el fenómeno de El Niño y realizar la verificación de la calidad del grano que se está produciendo y las condiciones que se van a cosechar próximamente.

“En el Huila y el Tolima encontramos una situación complicada, se ve que el efecto de El Niño ha golpeado duramente al caficultor, se observa en los rendimientos y en el porcentaje de granos averanados. Frente a este problema la Federación ha tomado unas medidas que consisten en reconocer el valor de estos granos”, expresó Felipe Robayo, gerente comercial.

Esta visita también se realizó en los municipios de Rosas y La Sierra, del departamento del Cauca, donde se revisaron lotes de café, se recolectaron muestras de frutos verdes que fueron disecadas para analizarlas, así como también se analizó café pergamino seco presente en las fincas.

Una paliativo para la sed de La Guajira

Ante la crisis que se vive en el departamento de La Guajira por cuenta de la falta de agua y de alimentos, el Gobierno Nacional viene adelantando un programa de alianza por el recurso hídrico y la vida en el departamento, que incluye la construcción de 85 pozos y 70 molinos, los cuales están integrados con el desarrollo de proyectos productivos de las comunidades de la región.

Esta iniciativa, liderada por los Ministerios de Vivienda y de Agricultura, entrega pequeñas soluciones en medio de la dificultad y el despliegue mediático suscitado por los casos de muerte de niños por desnutrición. Un problema histórico en la zona norte de Colombia que tiene aproximadamente un millón de habitantes en 15 municipios, 44 corregimientos y 4 territorio indígenas. Según Planeación Nacional, unas 5.900 comunidades no cuentan con el servicio de agua en La Guajira y la mayoría de sus habitantes consumen el líquido no potable.

De acuerdo con el ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao,“se han entregado 85 pozos de agua, hay 118 en construcción y 18 en diagnóstico en La Guajira; repartiendo 385 millones de litros de agua en 15 municipios y beneficiando a 33.000 habitantes”. Otro de los planes de este Ministerio es el de construir este año una planta de potabilización para el pozo profundo del corregimiento de Siapana, del municipio de Uribia, lo que abastecerá de agua a una amplia región de la alta Guajira.

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Por su parte el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, aseguró que “en el último año se han beneficiado 47.379 personas de la región con estos pozos de agua y los proyectos de seguridad alimentaria que la cartera agropecuaria ha puesto en marcha”, y entrego un detallado resumen de las inversiones realizadas en La Guajira:

  • Inversiones por más de $260 mil millones (2011-02016)
  • 450 empleos directos generados y 20.091 indirectos.
  • 282 personas con acceso a agua: 85 pozos y 70 molinos.
  • 500 beneficiarios con proyectos productivos sostenibles en 622 Ha.
  • 440 víctimas del conflicto atendidas.
  • 028 soluciones de vivienda rural.
  • 005 personas accedierón a créditos agropecuarios e incentivo de capitalización rural.
  • 017 beneficiarios adjudicación, titulación predios, subsidio integral de tierras.
  • 305 pequeños productores favorecidos con alivios financieros.
  • 194 jóvenes rurales formados en capacidades productivas y generación de ingresos.

La Guajira, geográfica, política e históricamente sin agua

Las condiciones geográficas y climáticas de La Guajira no le favorecen en relación con el abastecimiento del recurso hídrico. Y si a esto le unimos la poca atención gubernamental que por siempre ha tenido la región, encontramos en este conjunto de factores la causa de la crisis que se vive en el norte del país.

De los 20.848 kilómetros cuadrados que tiene en extensión el departamento de La Guajira, un 41 % de este es clasificado como matorral desértico subtropical, cuya zona está ubicada en el municipio de Uribia. En cambio, solo un 1 % del departamento es bosque húmedo tropical.

Las zonas conocidas como media y alta Guajira no solo enfrentan a diario las condiciones áridas del terreno, sino también la ausencia de precipitaciones, cuyos valores no suelen sobrepasar los 500 milímetros de agua al año. Además, la zona alta no es atravesada por ningún río, siendo que la parte media solo cuenta con el paso del Ranchería y la baja, con el de Caños, Jerez y Palomino.

Estas características climáticas hacen que La Guajira registre un clima cálido y seco en el que la lluvia es habitualmente escasa. En la alta Guajira poco llueve, pero cada año, entre septiembre y noviembre, siempre había lluvias que llenaban los jagüeyes, pero en los dos últimos años estas han sido escasas, y en el 2015 el Fenómeno de El Niño agrava la situación.

¡No son parásitos!

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José Félix Lafaurie Rivera – @jflafaurie

En medio de los avatares de lo que representa enfrentar una entrevista, que a veces se convierte en una verdadera faena, hace unos días el ministro de Agricultura, quien también gusta de la fiesta brava, en su afán de construir frases y comparaciones ingeniosas terminó agraviando a un grupo humano -los empleados del Fondo Nacional del Ganado (FNG)- reconocido dentro de la institucionalidad agropecuaria por su idoneidad técnica y profesional.

Creo que el ministro se equivocó al calificar de parásitos a los 342 empleados del Fondo, o al permitir que los medios los traten como tales a partir de sus declaraciones, pues se trata de un grupo de personas que mucho le han servido a la ganadería colombiana durante los últimos veinte años. Me parece que es una grave imprecisión, cuando menos, afirmar públicamente que el presupuesto del FNG alcanza única y exclusivamente para pagar la nómina durante 2016, cuando el rubro que paga ese recurso humano representa solo el 18% de los ingresos totales.

El Fondo Nacional del Ganado no es una fábrica sino una entidad de servicios, cuyo principal capital y su mayor inversión, que no gasto, son las personas que los prestan. En consecuencia, no se puede presentar como escandalosa una cifra de «más de $20 mil millones», sin contexto alguno y sin relación con sus funciones y sus logros. De hecho, el 80% de esa planta de personal está orientada directamente a la prestación de servicios al ganadero, y su gran mayoría se encuentra en todas las regiones de la Colombia rural donde está la ganadería. No es una burocracia de escritorio; es un grupo de trabajo permanente y esforzado.

Los logros de su trabajo son incuestionables. Durante doce años compartí de cerca con ese grupo humano de excelencia y, la verdad, FEDEGÁN lo siente suyo, pues al margen de consideraciones o condiciones jurídicas, la historia y los objetivos de FEDEGÁN y el Fondo son indivisibles, como las caras de una misma moneda. La suficiencia técnica y profesional del personal del FNG, ha sido altamente valorada también por entidades como el SENA, el ICA, Corpoica, Finagro, el ministerio mismo y muchas más a nivel nacional e internacional; y también la Contraloría General de la República, que en su última auditoría anual evaluó la gestión del FNG -y la gestión la hacen las personas- con una sobresaliente calificación que envidiarían muchas entidades públicas.

Un grupo financiero que logra 100/100 en la exigente calificación de la CGR no es precisamente una burocracia inútil. Tampoco el grupo técnico que organiza y ejecuta la más compleja campaña de vacunación del país, con más de 700 millones de dosis aplicadas -40 millones anualmente- ni el que ha capacitado a más de 40.000 ganaderos, directamente y en alianza con el SENA; o el que ha diseñado un sistema probado de asistencia a pequeños ganaderos, que en pocos años ha atendido a más de 27.000 de ellos. Sus Brigadas Tecnológicas han llegado a más de 67.000 ganaderos en los últimos cinco años, y el Programa de ayuda asistencial a los más desfavorecidos, entrega diariamente un vaso de leche o una porción de carne a más de 24.000 beneficiarios en 364 entidades en todo el país. «Por sus frutos los conoceréis», dice la escritura, y ahí están sus incuestionables logros.

Son estratégicas las responsabilidades del Ministro frente a un campo empobrecido por la carencia de política pública y la agresividad del cambio climático. No es momento para descalificaciones a quienes producen resultados. No son parásitos y, sin duda, el ministro les debe una disculpa.

Precios de los alimentos bajan en el mundo y se trepan en Colombia

Mientras El Fenómeno de El Niño genera preocupación sobre las perspectivas agrícolas, y es aprovechado por los especuladores en Colombia para subir los precios de los alimentos básicos, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, reveló que el índice de precios de los alimentos en el mundo durante enero, bajó un 1,9 % con respecto a su nivel de diciembre de 2015, hasta alcanzar su cotización más baja en los últimos siete años. Los principales factores que incidieron en la disminución de los precios de los productos alimenticios básicos fueron; abundancia en los suministros agrícolas, una desaceleración económica mundial, y el fortalecimiento del dólar estadounidense.

El índice de precios de la FAO es ponderado basándose en los intercambios comerciales que hace el seguimiento en los mercados internacionales de los cinco principales grupos de alimentos básicos: cereales, aceites vegetales, productos lácteos, carne y azúcar.

Según la FAO, el precio del azúcar cayó un 4,1 por ciento, su primer descenso en cuatro meses, ya que las condiciones de los cultivos mejoraron en Brasil, el principal productor y exportador de azúcar del mundo.  El índice de precios de los productos lácteos cayó un 3,0 por la abundancia de suministros, tanto en la Unión Europea como en Nueva Zelanda, y una escasa demanda mundial de importaciones.  El precio de los cereales se redujo un 1,7 por ciento en un contexto de amplios suministros mundiales y el aumento de la competencia por los mercados de exportación, especialmente de trigo y maíz, así como la fortaleza del dólar en Estados Unidos. El índice de precios de los aceites vegetales cayó un 1,7 por ciento, debido principalmente al descenso de los precios de aceite de soya, que tiene una sobre producción. En cuanto a la carne, la FAO indicó que un 1,1 por ciento en relación con su valor revisado de diciembre, con caídas en los precios de todas las categorías de carne, excepto la de porcino, sostenida por el inicio de ayudas al almacenamiento privado en la Unión Europea.

En Colombia todo sube

En el mundo se celebran los mejores precios en los alimentos, pero en Colombia todo sube bajo el pretexto de los daños ocasionados en el sector agropecuario por el Fenómeno de El Niño.

En las dos últimas semanas en Bogotá la libra de naranja tangelo pasó de 1.400 a 2.200 pesos, la papa amarilla se incrementó el 200 % pasando de 35.000 a 90.000 pesos el bulto.   En Cali la caja de mango que antes costaba $30.000 hoy se consigue en $70.000, y las frutas importadas, el repollo y la cebolla presentan incrementos de hasta el 80 por ciento.  En Cartagena la bolsa de yuca pasó de $20.000 a $45.000, el mango ha duplicado su valor pasando de 30 a 70.000 pesos la caja.

Ante esta trepada de los alimentos, el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, denuncio que esta escalada alcista tiene unos actores comprometidos como son los intermediarios, quienes son los encargados de una especulación que afecta el bolsillo de los consumidores y también el de los campesinos.

“No hay derecho que en el país pase eso, hay alguien, que no son los campesinos, que se queda con mucha plata, eso lo tenemos que ajustar.  Es el tema del precio justo para los productos, y el precio justo no es solo pagarle bien al campesino su esfuerzo, sino, no especular con los precios a los consumidores que vienen sufriendo con la inflación y ahora sufren con que le están subiendo los precios a los productos de la canasta familiar”, puntualizó el jefe de la cartera agropecuaria, quien hizo un enérgico llamado para que no se aprovechen de la difícil situación por la que está pasando el país ante la fuerte sequía, “el reclamo a los comercializadores de productos en Colombia, no aprovechen estos momentos de crisis para subirle los precios a los alimentos cuando ustedes saben que le están pagando lo mismo o menos a los agricultores colombianos”.

Este llamado va unido a una serie de medidas que desde el Ministerio de Agricultura se vienen adelantando para evitar la especulación y el acaparamiento de los alimentos.

Oportunidad para aumentar exportaciones

Las plantas de beneficio animal, bovino y aviar, tienen la oportunidad de ser incluidas en el proyecto que el Gobierno Nacional creó para el mejoramiento del estatus sanitario para aumentar las exportaciones del sector, y para el cual dispuso recursos por $30.252 millones durante 4 años.

Para tal fin, los empresarios de este sector se podrán postular en la convocatoria que está abierta hasta el próximo 23 de febrero.  A través de este concurso público se escogerán seis plantas que recibirán recursos para este mejoramiento de las condiciones sanitarias. Durante el primer año del proyecto, el Gobierno pondrá la totalidad de los recursos, y a partir del segundo, cada planta seleccionada deberá asumir una contrapartida para lograr así una cofinanciación de 23 % por parte del privado y de 77 % por parte del Gobierno Nacional. De acuerdo con esto, por cada peso invertido por las plantas el Gobierno aportara $ 3,3.

La proyección estimada es que con la implementación de este proyecto público-privado, por cada dólar invertido se recibirán 51 dólares de exportaciones en 2018.  Adicionalmente se generaran 35.551 nuevos empleos.

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La iniciativa hace parte de las acciones del Proyecto de Interés Nacional y Estratégico (PINES) para la Carne Bovina, cuya meta es lograr exportaciones por USD 444,5 millones en 2018 y hacer de Colombia uno de los cinco mayores exportadores de este producto en el mundo, en un trabajo interinstitucional público y privado.

Adicionalmente el proyecto servirá también para dotar al Invima de los elementos necesarios para lograr el mejoramiento del estatus sanitario del país, de manera que el Sistema de Inspección Vigilancia y Control de inocuidad de alimentos colombiano sea reconocido como equivalente por las autoridades sanitarias de los países de destino.

Este proyecto es liderado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, a través de su Programa de Transformación Productiva (PTP), en alianza con el Ministerio de Agricultura, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) y con recursos co-administrados por Bancóldex.

El Porvenir para las familias casanareñas

La entrega de manera voluntaria que realizo la empresa ganadera La Cristalina el 13 de noviembre de 2015 del predio El Provenir, zona rural a tres horas del municipio de Puerto Gaitán, Meta, marco el camino de lo que podría ser la primera de las zonas de interés de desarrollo rural económico y social, ZIDRES. El proyecto El Porvenir es un piloto con el que se busca el desarrollo social y económico de mil familias en la fase uno y cuatro mil más en la fase final.

Pero el primer paso lo darán 400 familias del municipio de Orocué, en el departamento de Casanare, quienes serán beneficiadas con el proceso de adjudicación de tierras baldías emprendido por el Gobierno Nacional.

Plan piloto

El proyecto se ejecutará mediante un modelo de condominio agropecuario, y la implementación de un sistema de adjudicación de viviendas por objetivos.

“Tal cometido lo lograremos con el diseño e implementación eficiente de un condominio agropecuario que, según la vocación del suelo, articulará ciudadelas de viviendas rurales para las familias beneficiarias con los proyectos de agricultura familiar”, explicó el Ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri.

De esta forma se regula la ocupación y aprovechamiento de las tierras baldías de la Nación, mejorando los ingresos y calidad de vida de los campesinos.

En este primer piloto, indicó el jefe de la cartera agropecuaria, los campesinos tendrán tres beneficios desde que se apruebe su ingreso al proyecto. «Vamos a construir 400 casas para las familias que no tienen vivienda y además, tendrán empleo por que participarán en la construcción de las mismas”, dijo. De igual forma a cada familia, se les entregará alrededor de cinco hectáreas para adelantar proyectos propios de agricultura familiar. Un tercer beneficio es que en el arranque del proyecto se pueden realizar inversiones para sembrar soya u otro producto y les pagan a los 400 productores un rendimiento por esa tierra.

Un dueño desconocido por todos conocido

La historia de El Porvenir se inicia con las primeras exploraciones de petróleo en la zona y que en los años 50 llevaron a Víctor Machado a trabajar en ellas, y luego asumir como suyas cerca de 25 mil hectáreas en la margen sur del rio Meta, terreno que bautizó como el Hato Cabiona y que fu utilizado por los campesinos de la región para criar ganado.

En los 80, la viuda de Machado ya había vendido las tierras del Hato Cabiona al “Zar de las Esmeraldas” Víctor Carranza, y para muchos de sus habitantes fue el inicio de una ola de violencia que fue desencadenada por a un grupo de hombres armados que se hacían llamar los «Masetos”, y que estaban vinculados a las autodefensas de Puerto Boyacá.

De acuerdo a los campesinos estos paramilitares fueron expulsados por un frente de las Farc en 1989, pero aun así mantuvieron el dominio en la zona hasta el 2005, reorganizando su aparato delictivo con otro nombre “Los Carranceros».

Aunque nunca existió un documento que vincule a Carranza con este predio, para los habitantes de la región es claro que esas tierras pertenecían a él, y así queda demostrado por la firma de varias personas con vínculos con “El Zar de las Esmeraldas” y que no son conocidas en la región.

Un tortuoso tramite con final feliz

De acuerdo a los documentos oficiales, las cerca de 25 mil hectáreas de lo que antiguamente se conocía como el Hato Cabiona, fue un terreno baldío hasta 1992, año en el que el Instituto Colombiano de Reforma Agraria, Incora, entregó 25 títulos de aproximadamente mil hectáreas cada uno, a igual número de supuestos campesinos que alegaron la ocupación de esas tierras. Cuatro años más tarde, el Incora entregó las dos mil hectáreas restantes a otras dos personas que se declararon colonos y solicitaron la titulación.

Una denuncia del congresista Iván Cepeda, llevo al Incoder a realizar una investigación administrativa para revocar esos títulos que se les había entregado a 27 adjudicatarios, la mayoría de ellos con cédulas expedidas en Bogotá y Boyacá, en municipios de la región del Valle de Tenza como Garagoa, Somondoco y Guateque, este último, el pueblo donde nació Víctor Carranza.

Según los certificados de tradición y libertad, los predios permanecieron en manos de los 27 beneficiaros hasta 2007, año en que fueron englobados en cinco grandes haciendas, haciendas que pasaron a ser explotados por la ganadería La Cristalina. Según los certificados de Cámara de Comercio de la ganadería, el gerente general es Holman Carranza Carranza y la subgerente es María Blanca Carranza, respectivamente hijo y esposa del esmeraldero.

Por su parte la Superintendencia de Notariado y Registro encontró que el registro en Puerto López de estas propiedades fue irregular porque acumuló más de una UAF, Unidad Agrícola Familiar, es decir la cantidad de tierras que puede acumular una persona o empresa si estas fueron originalmente entregadas por el Estado.

Todo este trabajo interinstitucional permitió llevar a cabo un proceso que derivo en la entrega voluntaria de estos predios por parte de la empresa La Cristalina, permitiendo que estos título fueran revocados y devueltos a la Nación y así poder ser distribuidos entre campesinos que no tengan tierra o entre víctimas del conflicto, particularmente de la región.

La seguridad alimentaria, lo primordial

Un detallado análisis del panorama de la seguridad alimentaria en Colombia y su relación con el proceso de paz, realizo el Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), José Graziano da Silva.

“El concepto de seguridad alimentaria es dar abasto a la población de una cantidad mínima de calorías y proteínas todos los días, seguridad que significa tener tres comidas al día. Colombia cumple con eso para la gran mayoría de la población, pero todavía resta un sector alrededor de un 10 % que no cumple con eso. Y eso es básicamente por la falta de ingresos, no tiene ingreso monetario para poder comprar los alimentos que necesita y no tienen acceso a la tierra o al crédito para producirlos” indicó Da Silva en su visita a Colombia.

De acuerdo con las cifras, en 1990 el 14,7 % de los latinoamericanos y caribeños vivía con hambre, más de 66 millones de mujeres, hombres, niños y niñas vivían a diario sin comida suficiente para llevar una vida sana y activa. Hoy el porcentaje se ha reducido a sólo 5.5 %, pero aún quedan 34.3 millones de Latinoamericanos y Caribeños que padecen hambre. “Todavía hay mucho que hacer, especialmente en la zona rural. La paradoja en américa latina es que los mas pobres y los que tienen menor nutrición son los campesinos, los pequeños campesinos y hay es que tenemos que concentrarnos” agrego el director de la FAO.

Y ha sido precisamente la zona rural colombiana la de más alta vulnerabilidad por los efectos del conflicto armado que enfrenta el país, comprometiendo la producción de alimentos por la destrucción de los cultivos, las restricciones a la movilidad impuestas por los diferentes actores armados, el desplazamiento forzado hacia zonas urbanas y las afectaciones al medio ambiente.

“Hoy en día, de acuerdo con nuestro diagnóstico de la FAO, hay hambre donde hay conflicto. Superado el conflicto se debe superar el tema del hambre y eso es lo que queremos hacer rápidamente”, añadió Graziano Da Silva al momento de explicar las razones de su visita a Colombia, y explicar que, “Entregue al gobierno nacional una propuesta que me había pedido el presidente y era la de formular un programa con el que la FAO podría cooperar con el proceso de paz en Colombia. Básicamente es apoyar el desarrollo productivo, la agricultura familiar y apoyar la obtención de la seguridad alimentaria y esta es quizá el mayor objetivo que vemos posible con ese proceso de paz”.

De acuerdo con esto, la amplia experiencia de la organización en programas de campo y trabajo con comunidades rurales vulnerables es la base de un trabajo que realizara la FAO como cooperación con el Gobierno Colombiano a través de unas herramientas de las que dispone para avanzar hacia la recuperación del campo e impulsar el desarrollo rural y la construcción de paz. Dentro de este encadenamiento se encuentran las Directrices Voluntarias sobre la Gobernanza Responsable de la Tenencia de la Tierra, la Pesca y los Bosques en el Contexto de la Seguridad Alimentaria Nacional. “Entonces hemos establecido con el ministro de Agricultura que en algunas áreas apoyaremos internamente a la cartera agropecuaria de acuerdo con sus demandas, como la de adecuar la ley de pesca ilegal de acuerdo con los tratados internacionales, pero también ayudar en la reformulación interna del Ministerio para incorporar una unidad que trate la agricultura familiar, apoyar al Ministerio en implementar un sistema de monitoreo de los programas. Todo eso lo vamos a hacer con los recursos de FAO y del ministerio”, puntualizo Da Silva.

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«Colombia Siembra”, un buen camino

El Director General de la FAO, José Graziano da Silva, manifestó su apoyo al programa Colombia Siembra del Ministerio de Agricultura, afirmando que esta convencido que cumple con los conceptos de desarrollo productivo, agricultura familiar y seguridad alimentaria, “Colombia tiene una gran oportunidad y no necesita talar para ampliar la frontera agrícola, con Colombia Siembra hay un marco para las inversiones, cumple con los criterios de estímulo a la producción y la productividad y no sólo espera dar la semilla sino que tiene una oferta integral con crédito, asistencia técnica y también le apunta no sólo a los grandes sino también a los finqueros y pequeños campesinos”.

José Graziano Da Silva concluyo que ese conjunto de programas que fortalecen la seguridad alimentaria es lo que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), apoyara en Colombia, no solamente para las zonas en conflicto, sino toda la población rural del país que son alrededor de 12 millones de personas.