Usocoello, distrito de riego polémico

Los productores de algodón, maíz y sorgo ubicados en la zona comprendida entre los municipios de El Espinal, Flandes y Guamo, del departamento del Tolima, lanzaron una voz de alerta por cuenta del uso que se le está dando al agua del distrito de riego Usocoello.   Ellos afirman que la administración del distrito tiene preferencias con los arroceros a quienes se les brindan todas las garantías de riego, mientras que a los otros sectores se les niega, lo que ha ocasionado ya perdidas en sus cultivos.

Rosa Esther Collazos, gerente de Remolina S. A., empresa agroindustrial desmotadora de algodón en El Espinal, indicó a Agronews que esta situación se ha hecho evidente con cada una de las acciones de Usocoello. La primera de ellas, hacer caso omiso a las indicaciones de Cortolima que en el 2015 les advirtió que deberían tomar medidas por la proximidad del Fenómeno de El Niño, pero esto no fue suficiente y utilizaron toda la capacidad del distrito en la última cosecha.

Esta situación llevó a que en la actualidad solo tengan capacidad de riego menor al 70 % de su total, que es de 23.000 hectáreas. Unido a esto, continua afirmando la gerente de Remolina S. A., “Determinaron que para la siguiente cosecha, que se inicia el próximo mes, solo se podrán irrigar 11.000 hectáreas, todas de arroz, quitándole la oportunidad a cultivos que requieren de menos agua como el algodón y el maíz.

Otro de los problemas para los algodoneros es que al interior del país, según un acuerdo comercial, le corresponde la siembra del primer semestre del año y el segundo semestre el permiso lo tiene la costa. Si esta situación persiste, los cultivadores de algodón de esta zona del Tolima, que originan el 60 % de la producción nacional de la fibra de algodón del interior del país, estarían al borde la quiebra.

Otro perjudicado con esta situación es el sector maicero, ya que además de tener afectado el 60 por ciento de la cosecha por la temporada seca, no fue incluido dentro de la programación del primer semestre del distrito de riego de Usocoello. Manuel José Cuenca, presidente del Comité Regional de Fenalce, dijo que a nivel departamental se tiene 25.000 hectáreas cultivadas en maíz, y que de esta cifra 15.000 están afectadas por El Niño.

Las autoridades locales ya muestran también preocupación por esta situación. El alcalde de El Espinal, Mauricio Ortiz Monroy, explica que “En este momento hay un enfrentamiento entre arroceros y los productores de cereales y algodón, ya que estos últimos han puesto la queja de que los productores de arroz tomaron ventaja por ser los administradores del Distrito, mandando un porcentaje alto del recurso hídrico a la producción de grano, sacando de circulación los cultivos secanos”.

¿Acciones tardías?

Para los productores agrícolas del centro del Tolima, las acciones tomadas por Usocoello para afrontar los efectos de esta dura temporada seca, fueron tardías, y no acataron las sugerencias entregadas por Cortolima hace cerca de un año.

Solo en los primeros días del mes de enero, Usocoello, declaro la emergencia hídrica como consecuencia del bajo nivel de los afluentes que surten la red de canales, los ríos Coello y Cucuana. Fue una estrategia de orden operativo para enfrentar la crisis como es la rotación de los sistemas de riego, es decir, a cada socio se le abren y cierran las compuertas de los canales de acuerdo con ciclos establecidos por el distrito de riego, para regar sus cultivos.

Ante esta situación el gerente general de Usocoello, Carlos Alberto Rojas, informo en su momento a los medios de comunicación que “La entidad ha generado una serie de medidas de contingencia para que el preciado líquido llegue a los distritos de riego de una manera más proporcionada, es decir, en la modalidad de turnos se atenderá por el Departamento de Operaciones a los lotes arroceros coleros y lotes con más de 60 días de germinación”.

Un agarrón de “Fondo”

Intromisión del Gobierno, retaliaciones por su posición frente al proceso de paz y la política rural, nominas millonarias, sindicato gremial, estas son tan solo algunas de las acusaciones que van y vienen entre la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegan, y el Gobierno Nacional, luego que este ordenara al Ministerio de Agricultura asumir   la administración del Fondo Nacional del Ganado.

Para el presidente de Fedegan, José Félix Lafaurie Rivera, esta decisión asumida a través del decreto 2537 del 29 de diciembre de 2015, es una especia de “golpe de estado” que atenta contra el libre derecho del gremio que agrupa a los ganaderos del país.

La justificación del Gobierno de cambiar la administración del Fondo del Ganado esta amparada en la Ley 1753 del año pasado, más conocida como el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 “Todos por un nuevo país”, que estableció que si una entidad administradora “no está en condiciones de garantizar el cumplimiento de las reglas y políticas que debe regir la ejecución de las contribuciones parafiscales, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, por razones especiales definidas mediante reglamento, podrá asumir temporalmente, a través de un encargo fiduciario, la administración de dichas contribuciones y efectuar el recaudo”.

Antecedentes de la polémica

la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegan, fue la administradora del Fondo Nacional de Ganado desde el año 1993. En el 2004 recibió una prorroga por otros 10 años, los cuales vencieron el 31 de diciembre de 2015. Dos días antes de su caducidad, se firmo el decreto en el que se paso esta administración al Ministerio de Agricultura a partir del 1 de enero de 2016.

Pero este tire y afloje entre los ganaderos y el Gobierno Nacional   viene desde el año 2013, cuando el Ministro de Agricultura del momento, Juan Camilo Restrepo, entrego un ultimátum a Fedegan para que reformara sus estatutos que brindara la seguridad de contar con una estructura democrática y representativa que la Corte Constitucional había ordenado para manejar recursos públicos de ese tipo.

De acuerdo al actual jefe de la cartera agropecuaria, Aurelio Iragorri Valencia, tras no cumplirse los compromisos pedidos por su antecesor y tras una revisión en detalle cada una de las cláusulas que tenia el contrato, de las cuales algunas eran realmente inaceptables por parte del Ministerio, los llevo a tomar la decisión de no renovar el contrato.