¡No son parásitos!

jose lafaurie

José Félix Lafaurie Rivera – @jflafaurie

En medio de los avatares de lo que representa enfrentar una entrevista, que a veces se convierte en una verdadera faena, hace unos días el ministro de Agricultura, quien también gusta de la fiesta brava, en su afán de construir frases y comparaciones ingeniosas terminó agraviando a un grupo humano -los empleados del Fondo Nacional del Ganado (FNG)- reconocido dentro de la institucionalidad agropecuaria por su idoneidad técnica y profesional.

Creo que el ministro se equivocó al calificar de parásitos a los 342 empleados del Fondo, o al permitir que los medios los traten como tales a partir de sus declaraciones, pues se trata de un grupo de personas que mucho le han servido a la ganadería colombiana durante los últimos veinte años. Me parece que es una grave imprecisión, cuando menos, afirmar públicamente que el presupuesto del FNG alcanza única y exclusivamente para pagar la nómina durante 2016, cuando el rubro que paga ese recurso humano representa solo el 18% de los ingresos totales.

El Fondo Nacional del Ganado no es una fábrica sino una entidad de servicios, cuyo principal capital y su mayor inversión, que no gasto, son las personas que los prestan. En consecuencia, no se puede presentar como escandalosa una cifra de «más de $20 mil millones», sin contexto alguno y sin relación con sus funciones y sus logros. De hecho, el 80% de esa planta de personal está orientada directamente a la prestación de servicios al ganadero, y su gran mayoría se encuentra en todas las regiones de la Colombia rural donde está la ganadería. No es una burocracia de escritorio; es un grupo de trabajo permanente y esforzado.

Los logros de su trabajo son incuestionables. Durante doce años compartí de cerca con ese grupo humano de excelencia y, la verdad, FEDEGÁN lo siente suyo, pues al margen de consideraciones o condiciones jurídicas, la historia y los objetivos de FEDEGÁN y el Fondo son indivisibles, como las caras de una misma moneda. La suficiencia técnica y profesional del personal del FNG, ha sido altamente valorada también por entidades como el SENA, el ICA, Corpoica, Finagro, el ministerio mismo y muchas más a nivel nacional e internacional; y también la Contraloría General de la República, que en su última auditoría anual evaluó la gestión del FNG -y la gestión la hacen las personas- con una sobresaliente calificación que envidiarían muchas entidades públicas.

Un grupo financiero que logra 100/100 en la exigente calificación de la CGR no es precisamente una burocracia inútil. Tampoco el grupo técnico que organiza y ejecuta la más compleja campaña de vacunación del país, con más de 700 millones de dosis aplicadas -40 millones anualmente- ni el que ha capacitado a más de 40.000 ganaderos, directamente y en alianza con el SENA; o el que ha diseñado un sistema probado de asistencia a pequeños ganaderos, que en pocos años ha atendido a más de 27.000 de ellos. Sus Brigadas Tecnológicas han llegado a más de 67.000 ganaderos en los últimos cinco años, y el Programa de ayuda asistencial a los más desfavorecidos, entrega diariamente un vaso de leche o una porción de carne a más de 24.000 beneficiarios en 364 entidades en todo el país. «Por sus frutos los conoceréis», dice la escritura, y ahí están sus incuestionables logros.

Son estratégicas las responsabilidades del Ministro frente a un campo empobrecido por la carencia de política pública y la agresividad del cambio climático. No es momento para descalificaciones a quienes producen resultados. No son parásitos y, sin duda, el ministro les debe una disculpa.

Un agarrón de “Fondo”

Intromisión del Gobierno, retaliaciones por su posición frente al proceso de paz y la política rural, nominas millonarias, sindicato gremial, estas son tan solo algunas de las acusaciones que van y vienen entre la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegan, y el Gobierno Nacional, luego que este ordenara al Ministerio de Agricultura asumir   la administración del Fondo Nacional del Ganado.

Para el presidente de Fedegan, José Félix Lafaurie Rivera, esta decisión asumida a través del decreto 2537 del 29 de diciembre de 2015, es una especia de “golpe de estado” que atenta contra el libre derecho del gremio que agrupa a los ganaderos del país.

La justificación del Gobierno de cambiar la administración del Fondo del Ganado esta amparada en la Ley 1753 del año pasado, más conocida como el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 “Todos por un nuevo país”, que estableció que si una entidad administradora “no está en condiciones de garantizar el cumplimiento de las reglas y políticas que debe regir la ejecución de las contribuciones parafiscales, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, por razones especiales definidas mediante reglamento, podrá asumir temporalmente, a través de un encargo fiduciario, la administración de dichas contribuciones y efectuar el recaudo”.

Antecedentes de la polémica

la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegan, fue la administradora del Fondo Nacional de Ganado desde el año 1993. En el 2004 recibió una prorroga por otros 10 años, los cuales vencieron el 31 de diciembre de 2015. Dos días antes de su caducidad, se firmo el decreto en el que se paso esta administración al Ministerio de Agricultura a partir del 1 de enero de 2016.

Pero este tire y afloje entre los ganaderos y el Gobierno Nacional   viene desde el año 2013, cuando el Ministro de Agricultura del momento, Juan Camilo Restrepo, entrego un ultimátum a Fedegan para que reformara sus estatutos que brindara la seguridad de contar con una estructura democrática y representativa que la Corte Constitucional había ordenado para manejar recursos públicos de ese tipo.

De acuerdo al actual jefe de la cartera agropecuaria, Aurelio Iragorri Valencia, tras no cumplirse los compromisos pedidos por su antecesor y tras una revisión en detalle cada una de las cláusulas que tenia el contrato, de las cuales algunas eran realmente inaceptables por parte del Ministerio, los llevo a tomar la decisión de no renovar el contrato.