Grave riesgo por El Quimbo

La crisis derivada por el grave daño ambiental que causa la suspensión de la operación de la Hidroeléctrica de El Quimbo ha sido advertida por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.

Impedir el flujo de agua tiene consecuencias catastróficas teniendo en cuenta el proceso de descomposición de la materia orgánica que representa un veneno para los peces que se cultivan en la represa de Betania que en la actualidad representan cerca de 19.000 toneladas.

Esta situación se deriva por el avance del fenómeno de El Niño que ha reducido el flujo de agua a la represa de Betania que se alimenta del río Páez. Esta falta de líquido se veía compensada con el agua que llegaba cuando se le daba salida a la que estaba contenida en la represa de El Quimbo.

Es por esta razón que la puesta en marcha de las turbinas de El Quimbo genera la oxigenación necesaria para garantizar la vida de la fauna y flora de la región.

Con el cierre del flujo de agua, actualmente sólo están llegando 36 metros cúbicos por segundo de un caudal recomendado de 160 m3/seg, el que Emgesa debería garantizar durante la época de llenado y que ahora proviene del río Páez.

El Ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, advirtió: “Si no se permite el flujo de agua de El Quimbo hacia Betania, cuando se abra, en los meses en que dure frenado el proceso judicial, el agua quedará envenenada y sin oxigeno, va a matar a todos los peces de la represa lo que generará pérdidas monumentales y la muerte no sólo de las cultivos sino de todos los peces nativos que bajan por el Magdalena”.

“Cada día que pasa es más grave, sigue disminuyendo la cantidad de agua y no es posible que acabemos de un solo tajo con la producción piscícola más importante del país, con las consecuencias que conlleva derivados en los problemas de salud y ambientales para la región, añadió el jefe de la cartera agropecuaria.

Por su parte, el director general de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, Anla, Fernando Iregui, explicó que “minuto a minuto el agua del embalse de El Quimbo se está descomponiendo, por una sencilla razón y es que las aguas de cualquier tipo no son para estar estancadas sino para estar en movimiento”.

Indicó que cuando se diseña una represa de esta naturaleza tiene una dinámica en ingeniería para que el agua esté circulando permanentemente, “al quitarle la dinámica, esa agua empieza a estancarse y a parar la renovación natural que tiene su flujo, dejando de generar los beneficios para la fauna que hay dentro de esos cuerpos de agua”, agregó Iregui.

El Quimbo es un embalse de 8.500 hectáreas de espejo superficial, que es la que está en la superficie y la que está recibiendo el impacto de la biomasa. La descomposición se acelera por las altas temperaturas del fenómeno del niño, lo que hace la generación de toxinas perjudiciales para todo tipo de ser vivo.

Cabe resaltar que la producción piscícola en el Huila, región donde están ubicadas la Hidroeléctrica de El Quimbo y la represa de Betania, lleva cerca de 30 años y se ha posicionado como la región productora más importante del país, de allí se exporta el 80% de los peces de agua dulce hacia Estados Unidos.

Para El Quimbo toco con tutela 
Las obras de construcción del Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo (Foto: Tomado de proyectoelquimboemgesa.com)

Las obras de construcción del Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo Foto: Tomado de proyectoelquimboemgesa.com

 Gobierno colombiano interpuso tutela para poner a funcionar nuevamente la Hidroeléctrica El Quimbo (en el Huila), recientemente apagada tras una orden de la Corte Constitucional.
Ha sido larga y algo tormentosa la historia de la Hidroeléctrica El Quimbo, en el Departamento del Huila en Colombia. Inició operaciones a mediados de noviembre de 2015, tras cinco años de construcción y cerca de diez años después de haber iniciado los estudios de factibilidad. Toda una megaobra dispuesta a generar energía eléctrica importante para Colombia, en medio del Fenómeno del Niño.

Su entrada en operación fue posible gracias a una declaratoria de Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, por el fenómeno de El Niño y porque en algunos municipios de los departamentos de Norte de Santander, Boyacá, Arauca, Guanía, Guajira, Cesar y Vichada se debían contrarrestar los efectos de la decisión de Venezuela de cerrar la frontera con Colombia. Pero por ese entonces había un problema detrás.

Esa orden del gobierno nacional se había dado a pesar de que un Tribunal Administrativo del Huila había adoptado (por una acción popular) una medida cautelar de urgencia para frenar el llenado del embalse, porque “estaba en riesgo la calidad del agua al remover los desechos”. Luego, la Sala Plena de la Corte Constitucional tumbó el decreto presidencial y dijo que se debía cesar inmediatamente la generación de energía en la represa de El Quimbo, recalcando que el gobierno nacional había violado la Constitución y saltado una orden judicial. Y ahora, el Ministerio de Minas y Energía y la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca interpusieron una acción de tutela ante un juez de Neiva buscando la reactivación de la Hidroeléctrica.

«El Gobierno Nacional va a recurrir a todas las herramientas que le da la ley para evitar los daños ambientales, sociales y económicos que se ocasionan si no se permite la generación de la hidroeléctrica de El Quimbo. Además, no podemos olvidar que apagar esta central hidroeléctrica significa perder energía para el país», dijo el Ministro de Minas y Energía, Tomás González Estrada.